miércoles, junio 20, 2001

Experiencias......

Hace ya varios meses que pusimos en linea nuestro último artículo, y desde entonces nuestra experiencia ha crecido significativamente.

La República del Paraguay nos cobijó durante seis meses con cariño y generosidad, y nos permitió familiarizarnos con un pueblo alegre y laborioso.

Nuestros años de experiencia nos ayudaron a jugar un papel protagónico en un proceso de coordinación de diversos sectores productivos que, orientados hacia un interés común de desarrollo sustentable, crearon, en poco tiempo, bases para una evolución común duradera.

El Banco Interamericano de Desarrollo (con su trabajo de capacitación y estímulo), los productores agrícolas de la Coooperativa de Coronel Oviedo (aportando toda su capacidad productiva) y Yasy Porá SRL (empresa de Asunción, dedicada al procesamiento de alimentos), encontraron uno en el otro (ayudados por la gestión del "Estudio IG"), a la contraparte que permitiera potenciar las capacidades de cada uno, en beneficio de todos.

Seis meses pasaron desde que tuvimos en Asunción nuestra primera reunión común, hasta que se hiciera la primera entrega de hortalizas para ser congeladas, y accedar así a mercados más amplios con precios mas competitivos.

Durante esos seis meses, los productores agrícolas debieron tomar múltiples decisiones comerciales y técnicas reorientando sus cultivos hacia las hortalizas que Yasy Porá SRL se proponía comenzar a congelar.

Yasy Porá SRL, por su parte, debió hacer un complejo montaje de una linea de congelamiento eficaz y con alta capacidad de procesamiento.

Los Funcionarios del BID, no perdieron nunca la paciencia para asistir en las dificultades y dudas, y prestaron un apoyo insustituible y constante.

Y nosotros, el Estudio IG, dedicamos nuestro tiempo a facilitar las relaciones interpersonales, y a estimular y madurar los estudios sociales y comerciales que permitieron establecer las bases de un programa de trabajo duradero.

En el mes de junio volvimos a la Argentina, contentos por haber dejado todo en marcha, pero tristes por no poder prolongar nuestra estancia, limitados por motivos ajenos a la tarea.

Y extrañando a aun pueblo como el paraguayo, tan acogedor como lleno de alegría de vivir.

Estas experiencias, exhiben el potencial de nuestros pueblos, cuando al interés productivo se le suma la solidaridad social y el esfuerzo laborioso, mostrando que la autoproducción y la autogestión constituyen el camino a recorrer.

domingo, febrero 11, 2001

Trabajo Teórico y Práctica Social


En el artículo anterior hacíamos referencia a la dificultades que nos plantea la participación comunitaria, en nuestro desempeño en la República Argentina.

Otro aspecto de esa dificultad la vivimos en nuestro propio trabajo interno, en la medida en que la articulación de la gestión de especialistas en diferentes disciplinas genera problemas cuya resolución no parece ser del todo ajena al tema de la participación.

Nuestros equipos de trabajo (tanto en el Estudio IG, como en Apadre) están conformados por grupos interdisciplinarios, que si bien son convocados para cada asunto puntual, tienen -en su mayoría- una historia de trabajo común que les hace conocerse, uno al otro, en sus capacidades y sus debilidades, tanto como en sus posiciones personales y teóricas.

A pesar de ello, la conformación de cada identidad personal, cristalizada en el marco de sus prácticas profesionales, repite análogas discusiones, en las que cada uno se enmarca -con cierta tozudez- en sus propios paradigmas disciplinares, eludiendo una u otra vez el encuentro de espacios de reconocimiento recíproco (en algunos temas especialmente críticos).

Esto también se traslada a la práctica, que con relativa frecuencia se frustra porque los esquemas teóricos que las diferentes corrientes proponen como métodos de interpretación o de gestión, se pretenden aplicar tan estrictamente, que adquieren más fuerza que la misma realidad a la que terminan negando y pretendiendo sustituir.

La consecuencia es que intelectuales de prestigio se ven imposibilitados de actuar sobre la estructura de los hechos que les rodean, porque no pueden asimilar las diferencias entre esa "realidad" y sus "teorías".

Y ante una realidad que les niega, sumada a la rigidez de sus estructuras teóricas que les impiden modificarlas, terminan sumergiéndose en la laberíntica tarea de encontrar las filigranas de una construccíon intelectual sin encuadre ni fijación material, que sólo sobrevive por la pretendida coherencia interna de un razonamiento lineal, y el (sorprendente) respaldo académico que ese modo de pensar obtiene.

Esto es más visible cuando se pide la colaboración de varios profesionales de la misma disciplina, pero que están formados dentro de distintas escuelas de pensamiento y que, por ello, tienen diferentes enfoques teóricos.

Las interminables discusiones que entonces se producen son clara expresión de una parcialidad cubierta de interminables razones, que no alcanzan a explicar porque, varios excelentes teóricos, pueden disentir tanto y de tal modo en nombre de la misma "verdad".

Esto suele ir acompañado de un alejamiento progresivo de una práctica social que, además de hacerse cada vez más lejana, deja de ser patrón de validez.

Una escisión entre teoría y práctica se suma a la fractura que marca la falta de participación comunitaria en la búsqueda de los logros a los que se aspira.

Por ello, el problema de la participación comunitaria a que hacíamos referencia en nuestro pequeño artículo anterior, no es ajena a la forma en que nuestros dirigentes y técnicos ven el mundo que pretenden orientar y conducir .

En Argentina la escisión entre el pensamiento y la acción (esa escisión que a Ortega y Gasset le hizo decir "argentinos, a las cosas..."), es otro aspecto más de las dificultades que plantea la gestión comunitaria.

Seguimos esperando sus opiniones para continuar con este diálogo, en: opiniones@estudioig.com

Hasta la próxima.

martes, febrero 06, 2001

Generalizaciones, hechos aislados y participación



Vuelvo a aclarar que escribo desde la República Argentina, y lo reitero porque no es un detalle menor.

Nuestros viajes recientes fuera de Argentina, y muy especialmente las actividades de apoyo al Desarrollo Micro Regional que estamos comenzando a llevar a cabo en la República del Paraguay, nos sugieren que varios de nuestros pensamientos están muy determinados por la situación cultural y social argentina, por lo que las generalizaciones pueden resultar dudosas.

Sin embargo, nos parece importante exteriorizar estas reflexiones, porque se refieren a pensamientos que, en nuestro espacio doméstico, constituyen conflictos repetidos y no resueltos.

Aquellos de nosotros que -muy jóvenes- tuvimos algún protagonismo político en los años '70, recordamos los discursos grandielocuentes que prometían inmediatas auroras rojas que cambiarían el mundo haciendo a todos muy felices. Para ello había que derrotar a los enemigos del pueblo, seres malignos, responsables de todos los horrores del mundo.

No había matices.
Se era bueno o se era malo.
Se era revolucionario o reaccionario, sin que cupiera ninguna otra posición.
Además, todo era verdad, y cada uno la poseía entera.

Lo individual era -casi- una mala palabra, e izquierdas y derechas, exigían fidelidades absolutas e irrenunciables a la "verdad" que encerraban.

El "pueblo" por un lado, y la "patria" por otro, eran conceptos que nadie explicaba pero todos creian entender sin cortapisas.

Como todo imperio de mil años, los procesos terminaron prontamente, en la derrota, el desastre y la vergüenza.
Y quizás por esa fractura, cayó la fé en el pensamiento excesivamente generalizador. Ese pensamiento que lo explica todo desde unilaterales puntos de partida.

Sin embargo, actualmente parecemos haber accedido a afirmar una posición contraria, fuertemente individualista, pero tan excesiva como aquella.

Hoy, en Argentina, vemos aflorar la cerrada negativa social y de los medios de difusión, a todo discurso que pretenda tener alguna validez general para algún aspecto de la realidad.

Se impone -casi por la fuerza- el análisis de los hechos aislados, separados de sus contextos, a los que se descalifica como generalizaciones insustanciales.

Y esto incide sustancialmente en nuestro trabajo.

Porque el diseño de programas de Desarrollo Micro Regional, implica analizar y crear contextos, definir marcos más o menos generales, emitir juicios sobre procesos que encuadran muchos hechos diferentes.

Si el desarrollo se logra a fuerza de acciones individuales, esas acciones necesitan tener coherencia -interna y entre sí-, para que el resultado sea el buscado.

Cuando una comunidad nos pide auxilio para su desarrollo, lo que espera son instrumentos que les faciliten cambios tales, que les permita a todos ser mas felices, y no capacitaciones aisladas para el enriquecimiento de algunos y la conservación del dolor de los demás.

Sin embargo, esa expectativa de mejora comunitaria choca contra la falta de confianza en las gestiones de coordinación.
Cada uno quiere que el beneficio le alcance a sí mismo y rápido...., y en cuanto al resto... ya veremos...

Con frecuencia nos ha resultado muy difícil resolver esa contradicción, que tiene un modo de expresión en la reticencia a toda participación en los esfuerzos, acompañada de una fuerte tendencia a participar en beneficios para los que no se ha aportado.

Estamos haciendo un gran esfuerzo en mejorar nuestra comprensión de este problema, y nos gustaría escuchar sus opiniones y experiencias.

Esperamos tus noticias en: opiniones@estudioig.com

jueves, febrero 01, 2001

Globalización y Desarrollo Micro Regional


La Globalización es un fenómeno complejo que, con sus múltiples aristas, permite innumerables miradas y diversas descripciones.

Desde el Estudio IG, con el apoyo de Apadre, tratamos de trabajar en consonancia con ese múltiple proceso, redefiniendo y afirmando las identidades locales, en la medida en que creemos que sin identidad definida y una capacidad integrada de autoproducción, es muy difícil dejar de ser una víctima de los aspectos negativos de la globalización, para pasar a ser capaz de gozar de sus beneficios.

La globalización se ha producido de un modo tan acelerado, que algunos de nosotros parecemos haber olvidado el buen principio de que cada uno debe satisfacer sus necesidades básicas en el ámbito de lo doméstico, más allá de las responsabilidades de otros en la conducción global del mundo.

En muchos sectores sociales de la República Argentina (desde donde escribo), sus expectativas no pasan por producir aprovechando las posiblidades de las propias circunstancias, sino por esperar de los supuestos responsables de los procesos globales soluciones imaginadas más sobre las dádivas, que sobre los esfuerzos personales.

Las circunstancias que han llevado a la globalización (y el modo en que esta se está desarrollando) han producido importantes reorganizaciones y cambios en las estructuras de producción, que han tenido, entre otras consecuencias, fuertes retracciones en el mercado de trabajo tal como lo conocemos.

Los puestos de trabajo existentes en el marco de economías de mercado basadas en la producción seriada, resultan insuficientes, y poco parecen poder hacer los Estados en un mundo en que la pobreza y la violencia crecen de manera alarmante.

Donde cada vez hay más personas incapacitadas de conseguir trabajo en relación de dependencia, se impone la búsqueda de otros modelos de producción e intercambios.

Algunos economistas definen a este proceso como "de salida de la sociedad salarial", y es en este aspecto en donde se muestra la pertinencia de viejas propuestas que sobre la base de que todo hombre o mujer debe producir al menos lo que consume, insisten en la necesidad de cierto grado de autoproducción que disminuya o liberere de la dependencia del salario.

En esto coinciden muchas corrientes políticas diversas.

El viejo concepto anarquista de la "acción directa" (que no implicaba violencia, sino gestión personal de la producción), se asocia a la propuesta socialista de la "autogestión", a la ambientalista de "autosuficiencia" y, en cierta medida, a la liberal de la "iniciativa privada".

Todas esas ideas, a pesar de ser propuestas en (y para) diferentes contextos sociales y políticos, afirman la necesidad de satisfacer por sí mismos las necesidades domésticas.

Pero, satisfacer las necesidades domésticas con la propia producción, exige de cada uno de nosotros un cambio importante en nuestra mirada del mundo, en la forma de relacionarnos con nuestro entorno y con los demas, en las expectativas de vida, ademas de requerir, en muchos casos, la adquicisión de destrezas de las que carecemos.

Aclaramos que hablamos de necesidades básicas, y no de necesidades culturales cuya satisfacción puede ser mejor resuelta por mecanismo sociales tradicionales. Y reconocemos que la distinción entre unas y otras puede ser dificultosa, y la descripción polémica.

Sin embargo, asumimos ese idea como uno de los presupuestos de nuestra gestión, destinada a la asistencia al desarrollo local basada en la estimulación de mecanismos de esfuerzo propio y ayuda mutua.

Eso implica un trato directo con los habitantes de una determinada región, y una asistencia diaria en la recuperación de la memoria social que permita una reidentificación con nuevos roles laborales y comunitarios.

Progresivamente iremos compartiendo con ustedes nuestra experiencia, concretada con diversos grados de éxito, en diversas localidades.

Y esperamos que sus opiniones sirvan para el enriquecimiento de todos.

Hasta la próxima.

Nos gusta escucharte en: opiniones@estudioig.com

lunes, enero 29, 2001

Presentación


Desde hace muchos años que desde el "Estudio IG - Equipos Interdisciplinarios para el Desarrollo Sustentable" trabajando en coordinación con la "Asociación de Promoción y Apoyo al Desarrollo Sustentable Regional (Apadre)" nos venimos preocupando y ocupando del asistir procesos de desarrollo micro regional.

Originalmente ocupados de sus aspectos medio ambientales, fuimos poco a poco inclinándonos hacia una visión más integral, en la medida en que fuimos creyendo, cada vez con mayor fuerza, que si se la aislaba del desarrollo, la problematica del medio ambiente no pasaba de ser una ocupación meramente teórica.

Por eso vamos a usar este espacio en la web para difundir nuestro pensamiento y nuestras acciones, confiando en que quienes compartan o critiquen nuestras miradas y gestiones compartan con nosotros su pensamiento, para madurar desde el esfuerzo compartido.

Por el momento, valga esta presentación.

Poco a poco este sitio se irá enriqueciendo con nuestro aporte y el intercambio de ideas con ustedes.

Hasta la próxima.

Esperamos sus opiniones en: opiniones@estudioig.com