domingo, julio 31, 2005

Las Herramientas de la Gestión del Desarrollo

Trabajar en la asistencia a la Gestión del Desarrollo, requiere reconocer la complejidad de las situaciones que habremos de enfrentar, tanto como conocer las herramientas que aplicaremos para llegar a participar en la producción de los hechos que la comunidad previsualiza y a los que aspira.

Esto exige, en primer lugar, una particular actitud personal de renuncia a la propia mirada, a las propias creencias, sin que esa renuncia a las creencias nos haga prescindir del conocimiento que se espera que apliquemos a ayudar a producir el proceso de desarrollo.
Situación extraña de vivir como protagonista, porque implica una especie de dicotomía inevitable entre lo que uno cree y lo que uno conoce.
Por su parte, muchas comunidades que habitan en los países subdesarrollados, carecen de una identidad clara y definida, que les permita determinar sus objetivos de manera clara, en función de sus límites y de sus posibilidades concretas.
Desarraigadas de sus historias particulares y sometidas a la accion de los medios de comunicación masivos, las personas que las integran confunden sus potenciales objetivos de desarrollo con la imágenes mediáticas que reciben a diario, y que les han convertido en "consumidores" antes que en "personas".
Así pues, el agente de desarrollo ha de ser un hombre capaz de renunciar a sus creencias individuales, sin descuidar el rol de asistente en la reconstrucción de la identidad de los integrantes de la comunidad que asiste.

En segundo lugar, es necesario comprender la complejidad de los procesos en los que interviene.
Complejidad, sinónimo de procesos con elementos múltiples, dinamicos e interrelacionados (que no simplemente desordenados y confusos).
Abordaje de la complejidad para lo cual no estamos preparados, en cuanto se nos ha repetido hasta el cansancio que "conocer" implica trascender la complejidad (usualmente asociada a la ignorancia), para desentrañar las relaciones simples que subyacerían tras la misma. O, en otras palabras, que "conocer", implica desagregar los procesos en sus partes componentes. (Sin embargo, si lo descuartizamos, nunca llegaremos a conocer las costumbres de la vida de un gato).
Para comprender la complejidad hay poderosas herramientas teóricas de las que es indispensable echar mano.

En tercer lugar, hay que gestionar o gerenciar el cambio (si se me permite la analogía empresarial).
Articular los objetivos con los múltiples elementos intervinientes, acotándolos a los recursos y asumiendo las restricciones, mientras se respetan plazos y se establecen procedimientos de control, exigen de un profundo conocimiento de las herramientas técnicas y de administración disponibles, que en muchos casos exceden las capacidades de los promotores comunitarios, a pesar de que pudieran poner sus mejores intenciones.

Si se consiguen articular los tres elementos anteriores, es probable que se llegue a un resultado promisorio, pero tampoco eso lo garantiza, porque los modos de ejercicio y circulación del poder, sumados a los contextos macro económicos pueden ser determinantes del éxito o del fracaso de programa.
Pero sin contar con ellos, es muy posible que las mejores circunstancias no alcancen para llegar a buen puerto.

Hasta la próxima.

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