jueves, octubre 09, 2008

Hoy, la crisis financiera. Ayer, el Muro de Berlín.

La crisis financiera que desde EEUU se expande hoy por el mundo, puede llegar a ser para el capitalismo anglosajón, lo que fue la caída del muro de Berlín para la Unión soviética, en noviembre de 1989.

“Die Wende”, como la recuerdan los alemanes, significa “el cambio”, la misma expresión con la que, dentro de un tiempo recordaremos los sucesos del año 2008, en el marco de los nuevos escenarios que habrán de sustituir, necesariamente, a los que actualmente han mostrado su fracaso.

Es curioso ver como, en el brevísimo lapso de menos de dos décadas, dos regímenes enfrentados, que confrontaban por la aplicación principista de diferentes modelos, colapsan por debilidades propias e inherentes a cada uno de ellos.

La Unión Soviética colapsó por la imposibilidad práctica de encontrar, a escala doméstica, el hombre solidario y cooperativo que el sistema comunista presumía que existía en cada trabajador.

La estupidez y la codicia del hombre común y de sus líderes, fueron factores que corroyeron los cimientos de la estructura comunista. Y esas características negativas no pudieron ser superadas, a pesar de los esfuerzos realizados en ese sentido por la “dictadura del proletariado”, que, supuestamente, debió haber transformado la sociedad, por la intervención constructiva de las masas obreras y campesinas.

Estupidez y codicia, que se repitieron en el modelo capitalista anglosajón, que, sometido a un corporativismo ciego, necesitó incrementar infinitamente sus ganancias, provocando lo que finalmente sucedió, el desplome del sistema.

La caída del comunismo soviético incidió en el desarrollo posterior de todo el mundo; tanto como sobre la evolución del sobreviviente comunismo chino, que, aún desde el férreo control estatal, fue incorporando muchos elementos del modelo capitalista, aproximándose cada vez más a una economía de mercado de matriz occidental.

Entretanto, la implosión del capitalismo anglosajón, parece estar demoliendo al fundamentalismo de mercado, en un proceso que parece análogo al que precedió a la caída del muro de Berlín.

¿Va a morir el capitalismo, contracara económica del liberalismo político?

No, pero, del mismo modo que no murió el comunismo luego de la desintegración de la Unión Soviética, es probable que en el futuro, el capitalismo evolucione hacia el fortalecimiento del modelo “renano”, equivalente, en líneas generales, a las propuestas de la social democracia europea.

Curiosa coincidencia histórica, la de orientarse, todos los actores, a modos mixtos de libertad y control, que aún conservando profundas diferencias liberan ciertas escalas del mercado, mientras fortalecen los mecanismos de planificación y supervisión controlada.

Por diferentes vías, los fracasos de comunistas extremos y de capitalistas extremos, parecen acercarse a un modelo futuro de gestión de la producción, que va a hacer cada vez más posible la articulación de políticas globales a escalas de gobiernos, de cierta clase de corporaciones y de otros actores sociales.

Entretanto, es probable que el orden que se avizora, también permita la internalización efectiva de los costos ambientales y sociales, que hoy se argumentan, pero que no aplican, porque, en muchos casos, la feroz competencia no lo admite.

Y es probable también que ese nuevo orden, reconozca un lugar más relevante a los ciudadanos de a pié.

Si esto sucediera de ese modo, estaríamos dando un paso gigantesco hacia un mundo mejor, para nosotros y para todas las generaciones que habrán de seguirnos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Una interesante nota en La Nación (Arg) parece avalar esa descripción:
http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1058233