sábado, agosto 30, 2008

"La máquina de Dios"

El 10 de setiembre próximo, los seres humanos pondremos en funcionamiento, en Suiza, lo que ha dado en llamarse "la máquina de Dios".

Ese día, en el Centro Europeo de Investigación Nuclear (CERN), en los Alpes, a cuarenta metros de profundidad, comenzará un experimento inédito que buscará recrear las condiciones del Bing Bang, que dió comienzo al universo.

Uno de los objetivos es producir mini "agujeros negros", fenómenos espaciales que consisten en unidades cósmicas similares a planetas o estrellas, pero tan masivos que ni siquiera la luz puede escapar de ellos.
En el espacio de metros cúbicos pueden contener galaxias enteras, comprimidas la límite de la materia, con tal grado de atracción gravitatoria que degluten todo lo que hay a su alrededor, sin que nada pueda evitarlo.

Loa "agujeros negros" que se espera se produzcan en el CERN, tendrán una vida de brevísima, tiempo después del cual se espera que se evaporen.

Hasta allí todo bien.
Sin embargo, existe la posibilidad de que alguno de esos micro agujeros no se evapore y consolide una vida estable.
En este caso la Tierra entera estará destinada a ser engullida por él, porque no hay manera de destruirlo.
Si bien las posibilidades de que esto suceda son escasísimas, no son inexistentes (ver).

Y en el caso de suceder, pueden pasar dos cosas, de acuerdo a la velocidad del proceso de absorción del planeta por parte del mini agujero.
Un grupo de científicos, sostiene que de materializarse esta posibilidad, el proceso sería muy lento, lo que le permitiría al hombre tomar algún tipo de precaución.
Pero otros sostienen que la deglusión total del planeta podría concretarse en no más 50 meses....

¡¡¡¡ Y todo esto lo van a averiguar después de que el experimento ya esté en marcha...!!!!.

En el peor de los escenarios, en 10 días habremos iniciado la cuenta atras hacia el final de nuestro mundo.

Te confieso que me preocupa, y me digo: ¿que haré, si esto se concreta?

¿Sabes que?, voy a reiterar mi afecto y mi amor a todos lo que quiero.
Voy a pedir disculpas por todas mis necedades, y voy a pedir perdón y perdonar a los demás y a mismo, por todos los actos de error, de falsedad, de hipocrecía, de ineptitud, de aprovechamiento, de ofensa, o de dolor, que cada uno pudiera haber producido.

Voy a contemplar las salidas y las puestas de sol que desaparecerán, recordando el poema "Vendrán lluvias suaves", que transcribe Ray Bradbury (creo que) en las Doradas Manzanas al Sol....(¿o era en Crónicas Marcianas...?)

¡¡¡ Y voy a ser feliz de haber vivido !!!

Pienso en un poema de Jorge Luis Borges, "Las causas", que transcribe en Historia de la noche:

Los ponientes y las generaciones.
Los días y ninguno fue el primero.
La frescura del agua en la garganta
de Adan. El ordenado paraiso.
El ojo descifrando la tiniebla.
El amor de los lobos en el alba.
La palabra. El exámetro. El espejo.
La Torre de Babel y la soberbia.
La luna que miraban los caldeos.
Las arenas innúmeras del Ganges.
Chuang-Tzu y la mariposa que lo sueña.
Las manzanas de oro de las islas.
Los pasos del errante laberinto.
El infinito lienzo de Penélope.
El tiempo circular de los estoicos.
La moneda en la boca del que ha muerto.
El peso de la espada en la balanza.
Cada gota de agua en la clepsidra.
Las águilas. Los fastos. Las legiones.
César en la mañana de Farsalia.
La sombra de las cruces en la tierra.
El ajedrez y el ágebra del persa.
Los rastros de las largas migraciones.
La conquista de reinos por la espada.
La brújula incesante. El mar abierto.
El eco del reloj en la memoria.
El rey ajusticiado por el hacha.
El polvo incalculable que fue ejercitos.
La voz del ruiseñor en Dinamarca.
La escrupulosa línea del calígrafo.
El rostro del suicida en el espejo.
El naipe del tahúr. El oro ávido.
Las formas de la nube en el desierto.
Cada arabesco del caleidoscopio.
Cada remordimiento y cada lágrima.
Se precisaron todas esas cosas
para que nuestras manos se encontraran.

Si ese hipotético micro agujero negro se engullera a la tierra en los próximos 50 meses, sería como volver atras en todo ese tiempo que describe Borges.
Pero lo fantástico de todo eso, es que la sonrisa todavía tendría sentido.