domingo, enero 16, 2011

Pensamiento autorreflexivo para trascender el fundamentismo mítico

Decíamos en una entrada anterior que creíamos necesario hacernos cargo de nuestra responsabilidad en la reconstrucción de los perfiles de nuestro mundo actual.

Esto tiene sus razones poderosas.

En la medida en que se ha ido agotando el modelo mecanicista y reduccionista aplicado a la comprensión de nuestro mundo, simultaneamente, se ha ido fortaleciendo la alternativa más primitiva que los hombres tenemos a mano para dar sentido a nuestra presencia y a nuestra percepción de lo que nos rodea: el mito.

La elaboración del mito (incluyendo la forma que asume en las religiones), y a partir de él la construcción de la propia identidad, ha sido el recurso ancestral que permitió la configuración de la cultura humana.

Pero esa identidad, construída y arropada por los marcos míticos, no puede escapar, por si misma, a un fundamentalismo que le resulta fundante.

Tal situación siempre constituyó la base a partir de la cual debimos elaborar el pensamiento autorreflexivo, característica de la condición humana.

En cada momento histórico en los que se produjeron crisis globales en la visión del mundo, la autorreflexión fue la otra alternativa, superadora, que aportó los componentes necesarios para resolverlas, proyectando a la humanidad hacia nuevos horizontes, cada vez más humanos.

Hoy estamos en una situación equivalente y depende de nuestra capacidad que podamos resolver acertadamente los problemas que genera nuestro modo de estar en el mundo.

Lo notable es que, cuando se lo analiza, advertimos que los seres humanos, hoy, tenemos todos los elementos necesarios para elaborar ese nuevo modelo del universo que necesitamos para afirmar una presencia armónica con todos los aspectos de nuestro mundo.

Sólo nos falta organizar adecuadamente los componentes teóricos que nuestra comprensión ya ha descubierto -o ha creado-, para posicionarnos en un lugar de poder que nos permita volver a ser dueños de un destino que por momentos, se nos muestra ajeno.

Ese es el desafío en el que estamos trabajando y que hoy ocupa todos nuestros esfuerzos.

Seguiremos sobre esto.

Hasta la próxima.