lunes, diciembre 26, 2011

2011: Año para el recuerdo

Al filo de la terminación del 2011, nos distendemos, y nos tomamos un momento para reconocer y evaluar los sucesos que lo han marcado.

Las primaveras árabes (que poco de primaveral han tenido para sus miles de muertos) y la crisis financiera de los países centrales (en especial de la Unión Europea) parecen haber sido las evidencias más notables de un cambio global, que no por intuído deja de sorprendernos.
Esos dos órdenes de organización, rígidos y estructurados, nos han mostrado, una vez más, que la organización humana no puede escapar del fluir incesante que la modela, más allá de las intenciones de las fuerzas que operan en ella.

Y repiten la evidencia de que, la solidéz aparente de las estructuras que las configuran, se desvanece ante el fluir de la historia.

Un terremoto estremece a la cultura occidental y sus certezas caen sin misericordia.

Pero, al mismo tiempo, la recuperación del pensamiento autorreflexivo reafirma una incuestionable fe en el futuro.

Pues, si bien es probable que nunca antes de ahora los seres humanos se hayan enfrentado a problemas de la dimensión de los actuales, el desarrollo de las capacidades de aprehensión, compresión y gestión que hoy se abren, nunca han sido tan grandes.

El Siglo XIX fué el siglo del reconocimiento de las fisuras que tenía nuestro modelo de mundo, lo que nos llenó de preguntas y de dudas; El Siglo XX descubrió las posibles respuestas, esbozó los caminos y se atrevió a enunciar de modo explícito la "complejidad" del mundo; mientras que el Siglo XXI parece ir transformádose en el siglo de la producción de un renovado orden de organización de las miradas y de la acción.

El futuro ya está aquí.

Y, a pesar de lo que por momentos parece, lo estamos construyendo bien.
Estamos fortaleciendo nuestra capacidad de comprender de un modo integrado los sucesos aparentemente aislados, y estamos desarrollando metodologías para abordar los objetos de estudio sin desarticularlos de los contextos que los configuran.

De algún modo, este es el futuro que hemos inventado. Está muy lejos de estar terminado, pero los comienzos están consolidados.

Un abrazo y mis mejores deseos para todos.