domingo, noviembre 16, 2008

Crisis económica y "sistema" mundial.

Lo que empezó en Estados Unidos como una crisis de las hipotecas “subprime”, devenida, poco después en crisis del sistema financiero global, y transformada finalmente en crisis económica y productiva planetaria, muestra, a las claras, que hay algo en el diseño del "modelo" económico que está desajustado respecto a la “realidad”que explica y regula.

Hace un tiempo, en esta misma página, hablábamos del debilitamiento del modelo capitalista anglosajón y del probable fortalecimiento del modelo capitalista renano.

Sin embargo, es probable que el problema vaya más allá de esa somera explicación y esté abarcando a las profundas miradas de mundo que proyecta la cultura occidental.

El progreso económico y científico, construido, aproximadamente, a partir del renacimiento, basado en la demitificación cultural, la acumulación individual de capital, el liberalismo político, el causalismo lineal y el mecanicismo newtoniano (por señalar los principales perfiles, a sabiendas que pertenecen a niveles de realidad diferentes), parecen ser parte de un modelo en profunda crisis, que va mucho más allá de los visibles desajustes sectoriales.

Todos los economistas estudian -y olvidan- que sus explicaciones responden a “modelos” específicos.

Y, como todos sabemos, los modelos son herramientas que ayudan mientras no se confíe demasiado en ellos, porque sólo muestran lo que aquellos que los configuraron consideraron relevante, omitiendo todo lo que “parecía” de importancia menor, o que en su momento era ignorado.

Nadie en su sano juicio confiaría su vida a los resultados del estudio de un modelo que lo involucre.

Sin embargo, los economistas lo hacen.

Y juegan su vida y la de los demás, a las resultas de complicados tramados de supuestos, que la realidad se encarga de desmentir, una y otra vez.

Por eso, este parece ser un momento oportuno para la reflexión.

Un tiempo para escucharnos los unos a los otros, y para revisar los modelos que subyacen a semejante desajuste global.

Una circunstancia en la que resulta oportuno pasar revista a las propuestas que analizan la realidad desde la mirada de los “sistemas complejos”.

En ese escenario, muy trabajado ya en temas de medioambiente, pueden estar las claves para re elaborar los nuevos modelos que motoricen la actual transición hasta otro orden global de relaciones entre los Estados, y entre éstos, sus propios pueblos y su entorno natural.

Me atrevo a sospechar que la crisis económica, no es la crisis de un “modelo económico”, sino la de un "modelo cultural", que si bien ha realizado indudables aportes a los seres humanos durante los últimos 500 años, está mostrando que debe dar lugar a otro modo de comprender y de explicar el mundo.

El desarrollo del “pensamiento complejo”, de explicaciones basadas en “sistemas complejos”, del reconocimiento de otros modos de causalidad e inferencia, están ya -luego de más de 100 años de elaboración de sus principios-, suficientemente maduros, como para ocupar un lugar prioritario entre las herramientas de abordaje a que se acuda para la gestión del cambio.

Un cambio que el ambiente social y natural del mundo entero espera y reclama.

Y que, más allá de toda retórica, resulta hoy indispensable producir.